La clase política, sierva del capital y orgánica fundamental de las herramientas del Estado, sin excepción, será siempre enemiga de la clase trabajadora y contrapuesta a la emancipación humana y al libre acuerdo entre individuos para el desarrollo de las sociedades. Su existencia revela a cada momento su adhesión y su alianza a la defensa de los privilegios de clase y el mantenimiento de las leyes y el orden imperante en beneficio de la dominación y a costa de lo que sea. Instalada en la corrupción como forma de vida y para el desarrollo de su actividad manipuladora y deshonesta.
Es por eso que reconocer a la clase política como parte del problema, y no como parte de la solución, es indispensable para enfocar el avance de la lucha hacia caminos que no se tornen en estériles, ni se traben por la acometida de inevitables traiciones que históricamente vienen siendo más que demostrables… por tanto, en los aparatos políticos de los Estados; desde el cargo más insignificante al más poderoso, son absolutamente responsables y cómplices de toda la estructura de control, de las medidas represivas y las distintas formas de violencia terrorista de la que sirve.
No es en absoluto exagerado afirmar; que cada miembro de la clase política de cualquier lugar, es partícipe de forma directa o indirecta de las mayores atrocidades cometidas contra la humanidad, independientemente del partido o ideología a la que pertenezca.
Que no esperen ninguna oportunidad por nuestra parte, la respuesta revolucionaria debe ser la total desconfianza, la denuncia y la confrontación permanente hacia sus partidos y cargos.
¡ANARCOSINDICALISMO!
CNT-AIT Toledo.