El poder, en manos de quien sea, será siempre poder… Su naturaleza y capacidad corruptora transciende a la voluntad de las personas, envileciendo y desviando toda intención de bien común. Tenderá sin dilación hacia la cúspide, asentando dinámicas de jerarquización, favoreciendo a minorías y aumentando privilegios entre sus detentores. No existe mayor ingenuidad que la de pensar que es posible utilizarlo para el bien, el equilibrio y la justicia. No es difícil demostrar que su propia genética conduce indefectiblemente hacia la corrupción y la barbarie, sin remedio, como si de una ley matemática inmutable se tratase.
Su esencia es la de imponer, en su afán por el control de sus intereses. Si permitimos cualquier dosis de poder y autoridad en una organización social; como una brutal infección irá extendiéndose hasta instalarse con fuerza en el organismo para perpetuar su continuidad, configurando así, estructuras piramidales y conduciendo a dinámicas frontalmente opuestas al concepto de Libertad.
¡El poder está maldito! ¡Que nadie lo detente! ¡Que desaparezca! … ¡que sus restos se diluyan en la organización horizontal y antiautoritaria!
CNT-AIT Toledo.